Ótimo artigo sobre o ato de blogar: Por qué blogueo?, de Andrew Sullivan.
El blog, desde luego, ha seguido siendo un medio superficial. Por superficial, simplemente apunto que el bloguear recompensa la brevedad y la inmediatez. Nadie quiere leer un tratado de nueve mil palabras en línea. En la red, los links de una sola palabra son tan legítimos como las diatribas de mil palabras –de hecho, a menudo son más valorados. Y, como me dijo Matt Drudge cuando busqué consejo del maestro en 2001, la clave para comprender un blog es asumir que se trata de una emisión, no de una publicación. Si deja de moverse se muere. Si deja de remar, se hunde.